El apoyo del pueblo enfureció mucho a los gobernadores, a quienes nadie quería por ser injustos. Entonces, Arturo formó su ejército de caballeros buenos y justos para derrotar a los gobernadores. Estos lucharon sin cansancio hasta ganar todas las batallas. Los gobernadores derrotados se fueron del reino. Arturo fue proclamado nuevo rey y desde entonces, junto con Merlín, lucharon a favor de Inglaterra y gobernaron con justicia.