Arturo, ya convertido en un apuesto muchacho, había ido a la ciudad por un torneo en el que Key pensaba participar. Cuando Arturo regresaba, descubrió la espada Excálibur, se acercó a la roca y, sin hacer mucho esfuerzo, sacó la espada. Los gobernadores creyeron que Arturo era muy fuerte, pero en realidad era el elegido por el Mago Merlín por ser el verdadero heredero del reino. “¡Viva el nuevo rey!”, gritó el pueblo.