Después de esto, todos pudieron cumplir sus sueños, incluso el propio mago, que en realidad era un viejo sabio que fue hechizado para no salir de Oz. Así, el sabio subió a un gran globo junto a Dorita para regresar a casa. Un remolino de viento apareció otra vez ocasionando que la niña cayera al vacío y, en un instante, Dorita saltó de la cama. ¡Todo había sido un sueño!