En el camino conocieron a algunos amigos que habían sido víctimas del hechizo de una malvada bruja: un espantapájaros que quería un cerebro para pensar; un hombre de hojalata que quería un corazón para amar y, finalmente, un león cobarde que deseaba recuperar su valentía. Todos siguieron a Dorita, convencidos de que el famoso Mago de Oz también podría ayudarlos.